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No encontró forma de retenerlo...
Cuando menos lo esperaba ya no tenía zapatos.
Oye por qué haces eso, dame mis zapatos! -No, sin zapatos no te podrás ir.
mmmm, no podrás retenerme, aún sin mis zapatos continuaré mi viaje... pero ven toma mi mano cuentame qué te ha hecho cometer este acto. -Te gusto? -Eres una niña.
Tengo 9, y tu 19... ves es una gran diferencia. -NO, cuando yo tenga 19, tu tendrás 29... Cuando yo tenga 29, tu 39, cuando tenga 39, tu 49... Ves no hay gran diferencia! -Eres buena en algébra. Pero no no podemos estar juntos, es tanta la diferencia entre nosotros.
-No, no lo es al menos cronológicamente no lo es... te lo he demostrado. Eres tu quién cree tener diferencias... No te preocupes volveré. Le hizo tanto daño, la herida no sanaba, el sin quererlo, ella sin saberlo, enloqueciendo... Todos sabemos que promesas no se le deben de hacer a un niño, a menos que se cumplan, es la mente más inocente y más pura, la mente más inteligente, la mente más libre. Después de 20 años regresó, ella 29, él 39... lo esperaba aún, con el mismo ropaje y la misma ilusión, su corazón no se equivocó, a pesar de su pequeñez... cuando ves una luz y esa luz absorbe tu camino, esa luz es tuya.
Se reconocieron inmediatamente, compartieron, entendieron, comprendieron tanto... que ahora la diferencia de años es superflua, finalmente, él comprendió que lo que la niña en su mente de niña decía, era el sueño que le daría felicidad permanente, era su fuente... pero tuvo que pasar media vida para comprender el significado del pensamiento complejo de una niña y entenderla para ser infinitos. Hoy dice: Valió la pena!
Cuando menos lo esperaba ya no tenía zapatos.
Oye por qué haces eso, dame mis zapatos! -No, sin zapatos no te podrás ir.
mmmm, no podrás retenerme, aún sin mis zapatos continuaré mi viaje... pero ven toma mi mano cuentame qué te ha hecho cometer este acto. -Te gusto? -Eres una niña.
Tengo 9, y tu 19... ves es una gran diferencia. -NO, cuando yo tenga 19, tu tendrás 29... Cuando yo tenga 29, tu 39, cuando tenga 39, tu 49... Ves no hay gran diferencia! -Eres buena en algébra. Pero no no podemos estar juntos, es tanta la diferencia entre nosotros.
-No, no lo es al menos cronológicamente no lo es... te lo he demostrado. Eres tu quién cree tener diferencias... No te preocupes volveré. Le hizo tanto daño, la herida no sanaba, el sin quererlo, ella sin saberlo, enloqueciendo... Todos sabemos que promesas no se le deben de hacer a un niño, a menos que se cumplan, es la mente más inocente y más pura, la mente más inteligente, la mente más libre. Después de 20 años regresó, ella 29, él 39... lo esperaba aún, con el mismo ropaje y la misma ilusión, su corazón no se equivocó, a pesar de su pequeñez... cuando ves una luz y esa luz absorbe tu camino, esa luz es tuya.
Se reconocieron inmediatamente, compartieron, entendieron, comprendieron tanto... que ahora la diferencia de años es superflua, finalmente, él comprendió que lo que la niña en su mente de niña decía, era el sueño que le daría felicidad permanente, era su fuente... pero tuvo que pasar media vida para comprender el significado del pensamiento complejo de una niña y entenderla para ser infinitos. Hoy dice: Valió la pena!
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