Atento a no saber qué plasmar, he estado un tanto distante de este lienzo. Y hoy, sin algo más qué hacer que hundirme en historias pasadas, en historias ajenas, en historias inventadas tal vez, tratando de encontrar las propias bajo éstas paginas, una mariposa cortó mi atención y se posó en la pestaña de mi ventana, tan sumida en su papel de distraída, pero a la vez sabiendo que la observaba, ella coqueteaba, blandía sus alas en un movimiento innato, propio, como iniciando un cortejo y despreocupada de mi presencia, como sabiendo que una ventana nos separaba y no podría alcanzarla, sino solamente visualizarla -no vio mi mano atravesar la ventana,- como si fuese una cortina hecha de agua. Accedió a posarse en mis manos, aún impactada de pensar que no iba a suceder nunca y observarse ahí, sus alas frágiles blandía nuevamente, pensé entonces: cómo llegó hasta aquí y qué esperaba o qué buscaba en mí, en este jardín o fui yo quién la busqué? Así dio inicio nuestra conversación, cómo ...
La vida: una puerta que abro y otra que cierro; un ojo, un alma, una transición, una transformación en un instante, una colección de pinturas, aprendizajes y enseñanzas... Pablo P.