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Lo que no había escrito en abril y marzo, lo desempolvé en mayo, de los escritos guardados en el tiempo... soltó una brisa ligera, un mayo decidido y soñador, loco como el febrero, por no saber dónde colocar tanta idea peculiar.
Diste un paso, un paso más en este sendero, y no hay vuelta atrás. -No estés triste- recuerdo haberle dicho, -no vale la pena-. Todas las cosas que nos suceden, nos suceden por un "algo" existente en el tiempo, en un tiempo que no entendemos a pesar de ser real y no entenderemos a menos que en realidad lo queramos ver y quererlo ver es la parte más difícil, porque no basta con desearlo, hay que vivirlo, hay que sentirlo, hay que dejarse ir, disfrutarlo y ser feliz. Como en un sueño... por tan siquiera un instante de felicidad, habrá valido la pena mil años en el inframundo.
Vivimos aferrados a un pasado, nos sentimos seguros en él, aunque nadie nos asegura que lo que viene será igual, no es cierto y por lo general es una falacia el vivir del pasado, si ya no existe. Ayer le hablé y le dije nuevamente, tendrás que buscar la forma de soltar esos grilletes de tus manos, que no te dejan ni flotar, ni hundirte, quisiera mantenerme a flote, -dijo-, para qué? Te estás perdiendo la vida que oculta la profundidad del mar, pero es un poco oscura y desconocida, por tanto te da miedo -dije-.
De dónde aprendí tanta palabrería, me preguntó? No recuerdo, herencia, vida... Ha sido un cúmulo de vivencias y de situaciones, que hoy volteo para atrás y realizo que he hecho tanto, con tan poco y en tan poco, paso a paso, muy pequeños pero seguros me decían... Recuerdo haber vivido un evento muy significativo, cómo olvidarlo, -pensé-, que transformó por completo mi ser e hizo que hoy sea lo que soy y continúe buscando superarme... Recuerdo otra situación, y otra, una vez más... esta se me olvidaba, continúan llegando a mi memoria y ahora una más -aunque solo lo pensé y no lo dije-. Todas ellas hicieron en mí ver la vida desde una ventana distinta, un prisma que iniciaba a descubrir y que continúo descubriendo matices exquisitos... aunque en muchos momentos gris, y sin rumbo, sin sentido, sin saber qué esperar y sumado cierta inmadurez e irresponsabilidad característica de un adolescente. Aprendiendo de forma dura -interrumpió-. Hice daño, me hicieron daño, lloré, rogué, no regresaron mis plegarias, hoy digo hice tanto que fui dichoso, y lo sigo siendo porque el pasado si nos sirve para algo, es para cimentar las bases del futuro. Así como un método de previsión, podría decir a grandes rasgos que seré?!
Cómo no querer seguir caminando -dije-? Aunque el día sea gris y se avizore una tormenta, detrás hay un sol, un despertar y un amanecer nuevo, que ilumina tus días y los míos y que mantiene la ilusión de continuar dando un paso más a la vez en el camino... la tormenta no será eterna, y si hago una paradilla, veré en ese arcoiris tu sonrisa eterna.
Debemos seguir en este sendero? -me preguntó- Sí, caminar hasta que el cansancio nos de un descanso, insistiendo, perseverando... sé que podrá doler, sé que podrás sentir decepción... pero el camino es tuyo y debes continuar, fue hecho para ti... no por un simple deber, sino por convicción, porque sabés que está ahí ese sol para iluminar cada uno de tus días. Y porque en el transcurrir del camino... te das cuenta que es más fácil, si tomados de la mano vamos -aunque no sea literal, -le dije-, porque físicamente no seremos eternos-, porque en ese transcurrir, pasan tantos instantes que hacen una sumatoria de un tiempo total, que de esos instantes se desprenden destellos de energía que nos hacen felices, y si la energía por siempre estará, la felicidad es infinita... y seguro seguiré viendo tu sonrisa en el alba por siempre, como lo hice en el valle de Plutón!
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