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Savia

No pude evitar verla... hace tanto que no recorría ese camino, que había olvidado su rostro, había olvidado que existía, ojos color miel detrás de esa piel, tostada de tanto sol recibido y largas jornadas de pedir y pedir. Haraposa, un poco más flaca, sus pómulos sobresalían un poco más que sus ojos, y otro pequeño más, probando suerte, clavado en sus pechos, intentando alimentarse, aunque con cada intento únicamente conseguía saborear el llanto transformado en sudor que invadía su piel.

Qué hizo que ella estuviera en esa posición, qué fue lo que no se hizo bien, qué hace que nos paseemos como zombies por los senderos de la vida, qué hace que subsistamos y sigamos al ritmo del tic tac, por qué se tiende a escoger el dinero en lugar de amor, qué hace que nos desvirtuemos, qué hace que volteemos la cara y denotemos indiferencia.

Cada día que avanza, más seguro estoy de la perfección en el balance que existe en nuestro mundo, todo lo que está pasando, todo lo que pasa, es una reacción a una acción que necesita balancear la ecuación... es indispensable para lograr la tan anhelada felicidad para todos sin excepción. Por esto es tan relativo el tema felicidad, que para unos puede ser dinero, para otros podrá ser un juego de ajedrez y para otros una sonrisa eterna. Por más irónico que parezca, a través de esa ayuda, de ese sentimiento, de esa reflexión, física o moral, logramos modificar nuestros patrones de vida, es como un jalón de orejas, que nos lleva a realizar todo lo que tenemos, lo mucho o lo poco, para devolvernos a la realidad y entender que somos millonarios de luz.

Por lo mismo no creo que regalar dinero, sea lo más adecuado, será lo más fácil y no creo que haga un bien realmente, porque es la forma más fácil de apagar nuestro sentir y decir hoy hice mi obra, cuando en realidad no estamos haciendo nada, más que denigrándonos, haciéndonos seres de culpa y ahogando ésta culpa que no es propia... pero es tan difícil olvidar ese segundo en que su mirada se clavó en mí diciendo...

No sé si el llanto ante estas incógnitas es la lluvia que cae hoy en mi ventana...

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