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Mostrando entradas de mayo, 2012

Converger

Desapareció. Ella me vio crecer, yo crecí con ella. Había un vínculo que nos unía, -con los años entendí que ese vínculo no era algo que hubiese entre nosotros, aunque existiera-  y en el transcurrir de los años nos llegamos a amar, cada quién a su manera. Todos los días había algo especial en el replicar de sus palabras, todos los años había una nueva aventura, una nueva ilusión al menos para mi. Sus retoños se hicieron mis amigos y ahora nos unía algo más que un vínculo -y continuaba en mi equivocación de pensar que el vínculo era yo-. En el atardecer de un día primaveral ese vínculo repentinamente se fue, solamente se fue, no murió, solo migró hacia algún destino desconocido para la razón del ser. Me acompañó en mi dolor, hizo un duelo de 40 días y de a poco fue estrangulando a cuenta gotas la dosis que recibía en el catéter de mi alma.