En un instante se escribe una historia... en este instante intento escribir una. Aunque tal vez no sea una historia como tal, no lo sé, en estos momentos aún no lo sé. Con tan solo un detalle, se construye un imperio, con cosas tan pequeñas como ese instante, que merece la pena toda una vida.
Siempre hay un motivo, siempre hay un por qué. ¿Por qué continuamos el camino en líneas suaves?
Te veo inmersa en una niebla densa, densa como solo ella a las 4 de la mañana, dónde solamente la silueta del farol se vislumbra, dónde su luz es tenue y el frío cala hondo. Cuando sabes que el sol empezará a calentar este lado del mundo de cabeza. Cuando le prestas atención a tu respiración y caes en la cuenta de que vives porque el choque de temperatura entre tu garganta a punto de estallar y el ambiente, crean una nube de humo. Y no tildo el cuando porque no es un cuando inquisidor, es uno de certeza.
Me enamora su sonrisa, su personalidad y su tranquilidad hacen me transporte a un mundo paralelo, dónde no cuestiono mi existencia... solamente vuelo.
Como el viento que se mueve a su antojo, y a la vez mueve la hierba, como ese aire que necesita el vino para respirar, para fusionarse con los demás elementos y dejar el paladar saciado o con ganas de más. De todos los vinos he de probar, todos los vinos merecen la pena ser probados. Sin vueltas de hoja, no hay vino medio tinto o te gusta o te disgusta.
Probablemente te de miedo y no entiendas el por qué estará haciendo lo que hace. Tenemos más preguntas que respuestas, sufrimos más por lo que pensamos que por lo que en realidad es... si es que la realidad existe.
Es el aire que unas veces pasa tan desapercibido como la hormiga en tu pisar y otras tantas te hace meditar: ¿Cómo puede llegar a arrasar con lo que se ponga frente a su camino?
Unas veces quieres que ya no sople y otras tantas que lo haga y más fuerte para que arranque las raíces que enterré tan profundo... es así la indecisión, es así esta incertidumbre. Es el miedo que nos mueve. En los momentos de crisis es dónde florece la creatividad. Es el sentido de supervivencia. Pero es imperdonable quedarse quieto, es imperativo continuar en movimiento.
Tratas de encajar en un mundo que ya no ves igual, dónde ha dejado de convencerte, dónde la vanidad y la masificación nos destruye, dónde la autenticidad expira. Dónde mejor vuelves a tu burbuja y te quedas inmerso esperando nunca reviente porque si permites que te afecte el contorno, reventará de cualquier forma. No puedes permitir que te afecte, no podrás seguir avanzando.
Intentas y haces todo lo posible por encontrar el horizonte, por no perder tu norte. Por nuevamente encontrarte, dónde quieres una escalera para llegar al cielo y a la vez quieres una sombra bajo el árbol para solamente ver las nubes pasar.
Nuevamente piensas en el aire, que no piensa solo va.
Continuar el rumbo con una idea fija, fija como el chakra al centro de tu frente, como ese tercer ojo que lo ve todo, que todo lo puede, que es la puerta al alma y dejar que sea lo que debe ser y será.
Si la incertidumbre es certeza, tan solo fluye!
Siempre hay un motivo, siempre hay un por qué. ¿Por qué continuamos el camino en líneas suaves?
Te veo inmersa en una niebla densa, densa como solo ella a las 4 de la mañana, dónde solamente la silueta del farol se vislumbra, dónde su luz es tenue y el frío cala hondo. Cuando sabes que el sol empezará a calentar este lado del mundo de cabeza. Cuando le prestas atención a tu respiración y caes en la cuenta de que vives porque el choque de temperatura entre tu garganta a punto de estallar y el ambiente, crean una nube de humo. Y no tildo el cuando porque no es un cuando inquisidor, es uno de certeza.
Me enamora su sonrisa, su personalidad y su tranquilidad hacen me transporte a un mundo paralelo, dónde no cuestiono mi existencia... solamente vuelo.
Como el viento que se mueve a su antojo, y a la vez mueve la hierba, como ese aire que necesita el vino para respirar, para fusionarse con los demás elementos y dejar el paladar saciado o con ganas de más. De todos los vinos he de probar, todos los vinos merecen la pena ser probados. Sin vueltas de hoja, no hay vino medio tinto o te gusta o te disgusta.
Probablemente te de miedo y no entiendas el por qué estará haciendo lo que hace. Tenemos más preguntas que respuestas, sufrimos más por lo que pensamos que por lo que en realidad es... si es que la realidad existe.
Es el aire que unas veces pasa tan desapercibido como la hormiga en tu pisar y otras tantas te hace meditar: ¿Cómo puede llegar a arrasar con lo que se ponga frente a su camino?
Unas veces quieres que ya no sople y otras tantas que lo haga y más fuerte para que arranque las raíces que enterré tan profundo... es así la indecisión, es así esta incertidumbre. Es el miedo que nos mueve. En los momentos de crisis es dónde florece la creatividad. Es el sentido de supervivencia. Pero es imperdonable quedarse quieto, es imperativo continuar en movimiento.
Tratas de encajar en un mundo que ya no ves igual, dónde ha dejado de convencerte, dónde la vanidad y la masificación nos destruye, dónde la autenticidad expira. Dónde mejor vuelves a tu burbuja y te quedas inmerso esperando nunca reviente porque si permites que te afecte el contorno, reventará de cualquier forma. No puedes permitir que te afecte, no podrás seguir avanzando.
Intentas y haces todo lo posible por encontrar el horizonte, por no perder tu norte. Por nuevamente encontrarte, dónde quieres una escalera para llegar al cielo y a la vez quieres una sombra bajo el árbol para solamente ver las nubes pasar.
Nuevamente piensas en el aire, que no piensa solo va.
Continuar el rumbo con una idea fija, fija como el chakra al centro de tu frente, como ese tercer ojo que lo ve todo, que todo lo puede, que es la puerta al alma y dejar que sea lo que debe ser y será.
Si la incertidumbre es certeza, tan solo fluye!
Comentarios