Cuando buscas en el tiempo y el tiempo se convierte en una dimensión que refleja tu vida y la de un cosmos. Cuando el tiempo no encaja en el espacio y el espacio en el tiempo converge.
Buscas respuestas a preguntas como: qué habrá después de la vida o tal vez un qué soy? Iremos por el mismo camino en tiempos distintos o iremos por distintos caminos en el tiempo justo... solo que no sabemos dónde converger. Cuándo parar?
Qué sentido tiene el viaje que emprendemos, qué sentido tienen las sonrisas que regalamos y el gozo que sentimos al amar efímeramente todo lo que se hace? Cierto es que tenemos que dejarnos llevar por esa corriente de la vida, de lo contrario nos volveremos locos, o es acaso porque ya estamos locos que no entendemos esa corriente y nos creemos cuerdos?
Buscas y no tienes más que verte al espejo, porque todas las respuestas están allí, en un reflejo de tu ser, en la purificación del alma. Pero detrás del espejo... quién es quién está preso?
Tendremos que romper el cristal para dejar de ver a ese ser inalcanzable que hemos creado.
Se hace aún más difícil demostrar cuando nadie te cree, cuando no tienes los argumentos que los grandes necesitan para creerte, la imaginación queda en un segundo plano y la curiosidad echada por la borda, porque no tienes las pruebas para mostrar tu teoría. Porque no puedes demostrar que al adentrar tu mano en ese plano del espejo, empujas a otro ser, probablemente a ti mismo en otra dimensión y en otro tiempo. Ves ese dedo que toca tu rostro de este lado del espejo? Ese eres tu. Y ese dedo que toca tu rostro del otro lado del espejo... quién es?
Simplemente amando cada uno de los segundos que te dieron, a pesar que pasas con los pensamientos metidos en tu cabeza que crees que solo tu cabeza entiende porque no te atreves a demostrar que piensas distinto a los demás. Pensar diferente, innovar, atreverte a ver lo que otros no, a decir lo que muchos no. Ser nuevamente un niño... Me logro explicar?
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