Existió un bosque un día en Aster... No era un bosque común, era un bosque que hablaba... era un bosque que caminaba... No era verde! Los conoces verdes? Pues este era azul, parecía ser la mar... como tú la conoces. Nadie deseaba entrar en él. Los pocos que se aventuraron no regresaron... Decían se los tragaba el bosque o la mar... no lo sabían bien! Lo cierto es que nadie quería entrar... y solo el pequeño Fez descubrió que el bosque quería ser descubierto, que el agua que hacía un mar, no era agua eran lágrimas... eran noches de oscuridad, era incomprensión! Él empezó a buscar saciar la soledad del bosque, día con día... iba y lo miraba... el bosque no se dejaba. El bosque se resistía...
La vida: una puerta que abro y otra que cierro; un ojo, un alma, una transición, una transformación en un instante, una colección de pinturas, aprendizajes y enseñanzas... Pablo P.